sábado, 8 de diciembre de 2012

Ubik


En alguna ocasión he hecho alusión en este humilde blog a mi devoción por la obra de Philip K. Dick. Probablemente sea, junto a Isaac Asimov, mi escritor de ciencia-ficción favorito. La mayoría de autores siempre tienen altibajos en su obra, por altas expectativas o falta de talento; habiendo leído hasta ahora una minúscula parte de la extensa obra de Dick, tal vez sea prematuro, pero puedo afirmar aún no me ha defraudado lo más mínimo.

Ubik es una de sus más célebres novelas y un clásico de la literatura de ciencia-ficción. Es una obra bastante completa, pues en ella se abarcan varios temas habituales como los poderes mentales, viajes espaciales, comunicación con los muertos e incluso un particular viaje en el tiempo. De entre todos ellos, probablemente el tema principal sea la percepción de la realidad, la consciencia de estar en un mundo cuando lo que se nos presenta es, o puede ser, algo virtual. A lo Matrix.

En este sentido el autor mantiene con mucho acierto la intriga en el lector, haciéndole partícipe de la confusión de unos personajes que van recopilando información en forma de piezas de un puzzle para lograr entender qué está pasando y hallar una explicación a los extraños fenómenos que experimentan.

Esta trama tan inquietante, que conlleva bastante sufrimiento a los protagonistas, no es obstáculo para que Dick nos obsequie con ese dosificado sentido de humor tan frívolo pero elegante que le resulta tan característico. El uso de pausas publicitarias, como en la tele, anunciando el versátil producto "Ubik", o los delirantes anacronismos, amén de descripciones ridículamente minuciosas de algunos personajes, hacen que la lectura sea mucho más amena si cabe. Porque, por cierto, es una novela relativamente corta pero en la que suceden muchas cosas; el autor va al grano y no se detiene en perífrasis ni descripciones farragosas.

Debido a esta equilibrada densidad narrativa, hacer una síntesis de la trama que le hiciera justicia sería tarea ardua. Obviando detalles (algunos trascendentales como el personaje de Pat Conley y su fascinante poder de manipulación del tiempo) se podría resumir como los acontecimientos que le suceden a un grupo de inerciales de Runciter Asociados, quienes se dedican a perseguir a la maligna organización de Ray Hollis de telépatas, precos y demás individuos con poderes mentales. Estos inerciales, con facultades a su vez para neutralizar a estos malhechores de Hollis, caen en una trampa y su líder, Glen Runciter, muere. Es trasladado a una funeraria, donde en la época en que transcurre la novela, en 1992, si se llega a tiempo se pueden mantener a los recién muertos en estado de semivida. A partir de ese momento, a los empleados de Runciter, encabezados por Joe Chip, empiezan a sucederles cosas inexplicables.

No es de extrañar que Philip K. Dick sea una de las fuentes más utilizadas en el cine de ciencia-ficción. Su imaginación desbordante creadora de situaciones, inventos, mecanismos, así como de personajes, es muy atractiva para el guionista cinematográfico del género. Tal vez las historias en su totalidad no sean tan fáciles de exportar (probablemente Asimov sea mejor narrador), pero ha aportado unas ideas únicas e imprescindibles para los amantes de la ciencia-ficción, tanto en la literatura como en el cine.

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