lunes, 31 de diciembre de 2018

Bandersnatch



Hasta la fecha, todo lo que nos ha ofrecido la serie 'Black Mirror' me ha dejado satisfecho; eso con el riesgo que conlleva de no alcanzar las enormes expectativas que va generando temporada tras temporada. Cierto es que hay capítulos mejores que otros, y los últimos, los de la cuarta temporada, acusaron cierto desgaste en su capacidad de sorpresa e innovación. Por eso tal vez los creadores han decidido seguir innovando, aportando elementos hasta ahora nunca vistos a nivel de público de masas.

A estas alturas sabemos todos lo que es Bandersnatch; una película interactiva, donde los acontecimientos se suceden en función de las decisiones del espectador en momentos puntuales. No es una forma nueva de contar una historia, y el propio contenido de la película hace referencia constantemente a ello, puesto que ya lo hemos visto en novelas o videojuegos. Pero en televisión, por cuestiones creativas o tecnológicas, probablemente sea la primera vez, a este nivel.

Como experimento es muy interesante y aplaudo la iniciativa, sin duda. Pero como experiencia no me ha resultado todo lo gratificante que me hubiera gustado. Esto se debe a su propia concepción, de híbrido entre una película y un videojuego. Me encanta ver series y películas, pero como una actividad pasiva, permitiendo que el autor me cuente su historia al completo y sin tener la sensación de que me dejo algo por descubrir. Que se puede llegar a consumir todo el material "rebobinando" y regresando a un nodo de decisión anterior? Por supuesto, pero eso me resulta caótico. También te obliga a volver a visionar pasajes ya visitados, con el tedio que supone. Tampoco los videojuegos creados como película interactiva me interesan en absoluto. Estar viendo una historia relajado, como mero espectador, pero continua y paradójicamente alerta por los momentos donde pueda aparecer un nodo de decisión, con el mando de la consola en la mano sin utilizar, no es divertido. O juegas, de manera totalmente activa, o ves una película, de manera pasiva.

A pesar de mis fobias, considero que Bandersnatch es un grandísimo producto. Especialmente brillante es la conexión entre el contenido y el continente. Porque el contenido, la historia del joven programador Stefan Butler, se fusiona de manera magistral con el juego interactivo con el espectador. Stefan está programando un videojuego basado en la toma de decisiones, inspirado a su vez en una novela del estilo Elige tu propia aventura. Y nosotros, como un ente superior, tomamos ciertas decisiones por él. Esta integración entre contenido y continente, entre historia y formato, es tan perfecta que mitiga parcialmente el poco atractivo que me produce semejante formato.

La reflexión sobre el libre albedrío, sobre los infinitos y potenciales universos paralelos a expensas de nuestras decisiones, sobre quién toma realmente las decisiones, sobre si somos personajes de un videojuego o no, está a la altura de los mejores capítulos de Black Mirror, y eso son palabras mayores.

Además, cómo no me va a gustar Bandersnatch, si el juego homónimo lo está programando en mi querido ZX Spectrum 48K!