domingo, 28 de agosto de 2011

Where's Wall-E?

Me encanta esta ilustración:



Como cabe la remota posibilidad de que no hayáis reconocido todos los robots que aparecen, os remito a este enlace, que quizá pueda ayudaros.

viernes, 26 de agosto de 2011

Las series de nuestras vidas (10)

Tras varios años de análisis y consumo moderado, puede ser un buen momento para hacer balance de las series de televisión que más hemos disfrutado durante los últimos años. Una vez finalizada la tiranía de los programadores de televisión, que nos obligaban a estar presentes delante de nuestra pantalla, a la hora que a ellos les convenía, para poder seguir el hilo a un producto fragmentado por naturaleza, llegaron las condiciones idóneas para seguir las ofertas más interesantes que pueden darse en televisión (exceptuando retransmisiones deportivas, ciertos informativos y algún honroso concurso): las series.
Ahora, con multitud de canales de pago y gratuitos, y con esta cosa llamada Internet, es muy fácil poder ver cualquier capítulo cuando te dé la gana y dejar de cancelar citas para no perdernos las evoluciones de nuestros héroes.

Sin duda, las mejores series se realizan en Estados Unidos. Es un país que hace muchísimas cosas mal, pero que en hacer televisión no les gana nadie. Es algo innato, prácticamente lo inventaron ellos, como el baloncesto. En España, si hubo talento alguna vez en cine o televisión, se derrochó con Chicho Ibáñez Serrador y con las maravillosas películas de Esteso y Pajares.
Si, además, añadimos la crisis creativa que rodea al cine hollywoodiense durante la última década y que nos acribilla a remakes y adaptaciones de cómics y videojuegos, todo indica que el ingente talento creativo de los guionistas americanos ha ido a parar a la televisión, en especial a la ficción, que es lo que exportan masivamente al resto del mundo.

En las próximas semanas (o meses, dada la triste cadencia de este humilde blog) intentaré repasar las diez series, por estricto orden de valoración y de menor a mayor, que más me han gustado en los últimos tiempos. Todas son anglosajonas, la mayoría americanas aunque alguna británica hay por ahí. Y cuya fecha de estreno es relativamente reciente, lo cual puede resultar injusto, ya que algunas series clásicas son igualmente excelentes. De todas maneras, una serie, como una película, se concibe y se realiza pensando en el público del momento y por eso resulta más sencillo que a éste le acabe gustando más que series o películas atemporalmente mejores pero "paridas" en otra época.

Antes de comenzar, quisiera manifestar mi voluntad de evitar los "spoilers". Una de mis intenciones es recomendar las series que aquí expongo a quienes no las hayan visto y que las disfruten con la misma virginidad que un servidor. Intentaré suministrar la información adecuada para evitar destripamientos graves o leves, aunque estoy convencido de que sabrán perdonar cualquier torpeza reveladora que surja de mi teclado.

Sin más dilación, comenzamos por la última de la lista.

10. Sherlock


Un caso curioso. La primera (y única de momento) temporada dura sólo tres capítulos, pero todos ellos son de casi una hora de duración, lo que me hizo pensar que se trataba de una miniserie. Pues no, parece que va a haber, al menos, segunda temporada.
Detrás de una idea poco innovadora, cuyo máximo exponente es la utilización del personaje más "sobado" de la cinematografía, probablemente junto al Conde Drácula, se esconde un producto muy entretenido. A la exitosa e imperecedera fórmula de la habitual resolución de crímenes a lo Jessica Fletcher le añaden el enorme carisma del personaje de Sherlock Holmes con sus excentricidades típicas (y algunas más) y ambientado en nuestros días. El absoluto anonimato del actor que lo encarna (y cuya dosificación dificulta el encasillamiento) contribuye a conferir al detective una personalidad más marcada. Me niego a compararlo con R. Downey Jr., a quien sigo viendo mejor como el crápula multimillonario Tony Stark.

La sutil interacción con el espectador es otro de los elementos que más llaman la atención. Por un momento nos ponemos en la piel de Holmes, siendo partícipes omniscientes de sus descubrimientos; aunque si no somos eruditos de la obra de Conan Doyle ni tenemos un olfato considerable, nos resultará relativamente complicado avanzarnos a la trama en lo que respecta a la resolución del misterio. Estos misterios son algo menos enrevesados que los literarios, aunque tampoco son triviales.

Por supuesto, nos debemos sentir identificados con el personaje del doctor Watson. Su sencillez, perplejidad y su infinita capacidad de verse sorprendido por Holmes es compartida contínuamente por el espectador, lo que aporta el componente de empatía necesario para engancharnos o, al menos, atraernos hacia las aventuras de estos dos personajes.

Como decía al principio, es un caso curioso. Es una serie que puede verse como una sucesión de tres películas, debido a su duración y a la ligera vinculación entre capítulos. Y no es nada novedosa, pero esta muy bien hecha (aunque no sea americana :-P) y, lo más importante, es muy divertida.